Bosques

Lithuania

Te protegen, te cuidan, lento caminar que atraviesa el silencio, respiras. Nada ocultan, su luz atraviesa el espacio, sus ramas permiten anidar, cobijar, descansar. Desnudos, desprovistos de sus hojas ya liberadas, nada temen. Volverán a renacer, renovarse, sentir el movimiento que ondula el viento, que humedece la lluvia y enverdece el sol. Estaciones que fluyen sin descanso, sin atropellos, dando tiempo, dando oxígeno y vida a los senderos.

Circulo

Kamakura

No dejas de investigar, curiosear, explorar, abrir los ojos al mundo. No soportas la rutina ni la mediocridad, no puedes estar quieto. Necesitas la naturaleza, sentir que estás vivo, muchos retos por superar y emociones que vivir. Una vida por delante que no quieres abandonar, dolería dejarla todavía, tantos sueños pendientes, gente por conocer. Fiel a tus instintos, tu generosidad y apertura te guían por todos los rincones del planeta, culturas desconocidas e insólitos parajes que solo tú sabes valorar. Entender, escuchar y adaptarte; la esencia del buen caminante. Estar en el circulo, rodeado de lo que quieres, tu esencia, tu poder personal, ruta de vida que peregrina sin final.

Tripulantes

Lithuania

Expectante por saber quien subirá, desconocidos que pronto ocuparán su lugar. Arrastrando sus mochilas se embarcarán en una nueva aventura, un viaje solitario, una fría mañana de invierno. Sin ruta, sin marinero aferrado a su timón, a su propio destino. Adentrarse y refugiarse en la mar, dejarse llevar por sus corrientes, fluir sin prisas, ataduras, sintiendo el desapego que marca el ritmo de un nuevo comienzo.

Cuento de Navidad

Trakai Island

Un puente te conduce a su entrada, la madera cruje sobre un lago dormido y el silencio es absoluto. El hielo y la nieve absorben tus pensamientos y la atmósfera congela el tiempo. Paso a paso te adentras en otra época, siglos perecederos en la memoria de generaciones que habitan la isla. Hablan de recuerdos, olvidados para unos y renacidos para otros. Todo está paralizado, vidas que giran en torno al castillo, sus estaciones, el tiempo... Como en un cuento de Navidad, los aposentos esperan ansiosos a sus nuevos invitados, turistas que suben y bajan, las mismas escaleras, las mismas estancias, paredes que exhalan batallas que resuenan en cada espíritu. El aire entremezcla pensamientos, los muros apenas respiran, sin rendijas ni ventanas, solo un aire gélido atrapa la imaginación y te desliza por el tiempo. Esperar de nuevo, más visitantes, más espíritus, diferentes ambientes, otra estación y en otro tiempo.