Panorámica

Devonport

Sin respiración, sin palabras, el teleférico empieza a moverse y el aire silencia el balanceo. Sigues subiendo y apenas te mueves. Todo se olvida en ese instante, olvidas que hiciste ayer, que vas hacer mañana. Espacio que encumbra el cielo, el mar, las montañas, el horizonte... despeja una oportunidad, otro momento, no volverá, y si vuelve, otros ojos lo contemplarán.

Helecho

Japan

Lo descubres a cada paso, a lo largo del camino, en ambos lados. Admiras su frondosidad, su verdor, se deja contemplar. Divino protector que busca los rayos del sol, luz indirecta que los hace crecer, les da vida. Atrae la buena suerte, en cualquier sitio, en cualquier lugar, protegiendo tu casa, protegiendo tu hogar. Abundante en los bosques, refugio de paseos en tardes calurosas. De apariencia delicados pero fuertes, resistentes, esperando al eterno solitario que divague su mirada al atardecer... 

Ginza street

Tokyo

Nadie lo nota, no lo sienten, pasa desapercibido, pero ahí está, quieto, observando. Paralizado por el movimiento incesante de transeúntes, coches, ciclistas y ruido. No pestañea, no se mueve, permanece estático, entre letreros luminosos de la elitista y moderna calle Ginza.