No esperes una respuesta, no esperes un silencio, no esperes un nuevo despertar sin estar despierto. Esperame en tu refugio, al abrigo del viento. Sonriendo a la vida, una vida viva en cada nuevo comienzo.
Se encuentran en el camino, no es casualidad, es el destino. Escoltados por el calor de sus abrazos, alentados por el cariño sentido. Se adentran en la aventura, respetando sus emociones, luchando por un equilibrio. Unidos en este tiempo por una fuerza superior que arrebata sus sentidos.
Atrapado en la calma, la serenidad de tu alma. Centrado en tu fuerza que nutre, alimenta. Espíritu en libertad, desbordado en el camino. Vuela alto, sobrevuela. No dejes nunca de soñar, recuerda siempre tu espíritu.
Desesperado como el mar, por sentirte como una ola. Embravecida, potente. Energía que se apaga por un sentimiento ausente. Siente de nuevo la fuerza que te lleve a vivir, vivir tu vida sin sentimientos ausentes.
Despistado observa. Se adentra en su mundo, ilusionado. Dirigiendo la mirada, escuchando solo palabras. Desconcierto a su alrededor, pendiente del silencio, originando el movimiento. Simplemente interesado, centrado en su momento.
Te espera, espera llenar el vacío, sin esperar nada a cambio. Permaneciendo impávido, tranquilo. Se sentarán ocupando el espacio, se mirarán y el silencio se hará cargo. Tiempo de reposo, recuperarse, sentir el cansancio.
Abismo en quietud, soledad existente. Cuentan de un tiempo que hoy permanece presente. Tiempo impertérrito, viviente. Eterno en las huellas del tiempo, huellas de antepasados que vivieron.
Historias que cuentan, que hablan, reflejo de miedos, de sus propias palabras. Historias perpetradas por una mente olvidada. Juego del intelecto, batalla del dialecto. Sólo entiendes el juego. Un laberinto protegiendo su ego.
Te espera, sigue y alienta. A tu alcance, en tu mano, te nutre y alimenta. Motor que te eleva, un destino que te espera. No la apartes, no la dejes. Llévate lo que más quieres.
Siempre tu mano tendida, un abrazo, una caricia. El calor de tu mirada, tu sonrisa renacida. Impulso de caídas, apoyo y fuerza sostenida, sin parangón, sin malicia.
Escuchar activamente, escuchar el silencio de tus palabras. Sentir con el corazón tus silencios, todo lo que silencias con el alma. Comunicarse, entenderse, llegar a acuerdos, compartir espacios cediendo. En la distancia, en la cercanía, sintiendo que estás cuando te necesito, cuando necesito escuchar el silencio de tus palabras.
A tus palabras, a tus sentimientos, atado sin razón. Sientes lo que se siente, el sentir de tus palabras. Despertarás y renunciaras. Palabras que se pierden, desaparecen. Crearas hechos sin palabras, sólo sentir sin estar atado, atado a tus palabras.
Llamada a tu puerta, llamada al vacío. Silencio en la casa, silencio entre el gentío. Nadie a la espera, nadie en el camino. Tu puerta está cerrada esperando oír el sonido.
No estabas, regresé y no estabas. La habitación permaneció vacía, ausente, sin tu presencia, sin el calor de tu esencia. Palabras, sólo son palabras. El hecho, no estabas. Apoyo desde el pensamiento, desde la mente, simplemente no estabas.
Te olvidaste de sentir, de vivir. Te apagaste, te olvidaste. Dejaste de creer en tu fuerza, tu espíritu. Te olvidaste. Letargo de días, semanas, años, se quedaron sin vida, se apagaron. Te olvidaste una vez más, no diste sentido a tu vida, te apagaste.
Atardecer olvidado, desorientado. De regreso, esperado. Sediento de soledad, estado desorbitado. Sombra que guía en su puesta de sol. En un atardecer olvidado, que yace en el pasado.
Sorprende el paisaje, la nieve y el hielo. Sorprende la vida, el camino vivido. Queda tiempo para sorprender, pero sin tiempo no hay existencia. Sin existencia no hay esencia. Vive sorprendiendo, arrebatando al tiempo el poder de tu existencia.
Tu tiempo, sólo es tiempo, tiempo en dedicación, en pensamientos. Pensamientos que conducen a la acción y al consuelo. Tiempo en verdad, con luz y fuego. Sin luz, no existes, te extingues. Desaparece tu luz, desapareces.