Recorridos ficticios

California

El tren está listo, vagones repletos, gente dispuesta a vivir una nueva aventura. Aventuras que tienen su punto final en menos de sesenta minutos, olvidando circunstancias y peregrinajes pasados. El tiempo pasará deprisa, centrarás tu mente en disfrutar de cada experiencia, películas ficticias que disparan la realidad. Escenarios que te harán recordar, pensamientos que pasarán a otras dimensiones. El agua arrasará el decorado rápidamente y solo quedará el vacío. El tren seguirá su trayecto inmerso en su mundo imaginario. Llegarás al siguiente decorado, sin recordar que minutos atrás el agua habrá arrastrado tus emociones y nada quedará, solo un nuevo escenario de nuevos sueños y sensaciones, paradas de tren que siguen el recorrido marcado.

Caminando

Tallinn street

Caminamos dormidos, da igual la hora del día, despacio o deprisa, acelerando o desacelerando, quizás forzados por fuerzas ajenas que incorporamos a nuestro trayecto. Entonces algo cambia, algo sucede que te vuelve más consciente. Calles vacías, sin transeúntes, nada se oye, solo sientes tus pasos sobre la nieve que cruje, todavía helada. Te adueñas del momento, no sientes el frío, sigues caminando, pensando sin pensar. Pasos que recordarán el momento único, vivo en tu pensamiento.

Espíritu vivo

Búsqueda del espíritu, almas perdidas que vagan sin escucharse, sin dejarse sentir. Nos quedamos en la superficie, deslumbrados por los juegos, pero nos olvidamos de llegar al alma, a la esencia del ser. La belleza se marchita, el tiempo pasa, envejeces y lo que permanece es el alma viva, sonriente y alegre simplemente por ser. Es la alegría del ser lo que hay que buscar, con lo que tienes que conectar, no con apariencias, engaños o pequeños teatros de la vida. Juegos que ocultan la verdadera esencia, por miedo a ser y verse reflejado en la más mísera sombra de su retrato.

Renacer

La Fontaine Médicis

Pasas corriendo, no te detienes, te adelantas, esperas y te vuelves. Pretensión incierta e insegura. Difícil planteamiento y apenas desconcertante. Ver y observar. Cacerías que temen lo auténtico, enseñanzas útiles de valorar. Siempre corriendo, acelerando el paso, para no pensar ni enfrentarte al pasado. Tan sólo pretensiones de momentos inventados, creados sólo para perpetuar instantes olvidados.