2 de diciembre de 2014

Raíces

Niigata
Tierra que te vio nacer, te alimenta y te da vida. Raíces que no dejan de crecer, siempre protegidas. El verdor va cambiando y las estaciones llaman a tu puerta, les dejas entrar, aceptando cada ritmo, cada tiempo, formando parte del crecimiento. No dejas de observar, inventando cada día como si fuera nuevo. El silencio de la noche atrapa tus ramas, embebidas por la escarcha, amanecen nuevamente al sol. Recuerdas cada historia, cada abrazo, tronco que reconforta al herido y calma corazones. Sabes que un día te apagarás y volverás a esa tierra de la que nunca te fuiste. Tu poder y tu fuerza está en tu interior, en tu tronco enraizado, férreo de convicciones por las que luchaste y nunca abandonaste.

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