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Tokyo |
El día toca a su fin, se evapora, horas condensadas, sin instantes de calma. Apresuradas, entran de nuevo en la boca del metro. Trasiego de pasajeros, suben, bajan, entran, salen. Movimiento ordenado, disciplinado, a punto de anochecer. Regreso al hogar, sus tradiciones, esencia espiritual...llega la calma, el sosiego. Generaciones milenarias, implacables contra la adversidad, unión, fortaleza, resistencia y poder mental.
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