15 de diciembre de 2016

Reflejos


Tokyo
Como dos gotas de agua, se dejan caer, se dejan sentir. Reflejo de su propia esencia, esencia primigenia, un mismo núcleo, una misma madre. Al unísono caminan, sin parangón, sin tropiezos, ni inequívocos. Unidas de la mano, se apoyan, protegen. Se descubren poco a poco en el viaje de la vida. Responden y viven como sienten. Retorno al origen, tan iguales, pero diferentes. Llegarán al final del viaje, caminando juntas, como dos gotas de agua que se abrazan y se miran fijamente.

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