Estás en tu asiento, bien alienado, esperando ver quien se sentara a tu lado, pasillo, como siempre. Disfrutas de tu propio espacio, cuando quieres y como quieres. No importa las horas de vuelo, sabes que cuando el avión aterrice estarás en otro lugar, una nueva aventura, nuevas experiencias.
Los aeropuertos, espacios de paso, ir y venir, historias sin contar que el tiempo para. Estás concentrado y pendiente de las pantallas, no hay retrasos, buena noticia. Un retraso en un vuelo supone un mundo; una reunión a la que llegas tarde, vacaciones que empiezan con mal pie.
Te encuentras en la puerta de embarque, conversas y observas como los retrasos te abren las puertas de nuevas historias.
Oslo Airport |
Te encuentras en la puerta de embarque, conversas y observas como los retrasos te abren las puertas de nuevas historias.
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